lunes, 1 de marzo de 2010

Un poema de Ernesto Pierro en el día de su cumpleaños 59

EL POETA RENACIÓ AL AMANECER
(A Raúl González Tuñón)

Renació a los 100 años siendo el mismo
que vio brillar el sol de París
por el agujero de una media.
Renació a los 100 años. El olvido
no lo había alcanzado.
Renació a los 100 años con una estrella viva
palpitando en su pecho
y un pájaro en el hombro.

Traía un sueño eterno de hombres liberados
de yugos y cadenas.
Traía una serena mirada que anhelaba
el techo del crepúsculo
y el gris de la aurora.

Volvió por el llamado de un pueblo de gorriones
aleteando poemas.
A buscar a las muchachas que salen por el alba
a iluminar el día.
A encontrar los otoños en las viejas plazas
donde piensa la tarde.
A indagar la noche febril de algún gris
bodegón de arrabales.
A sentir a Carriego
otra vez por sus calles.

Renació a los 100 años siendo el mismo
que gritara sufriendo Madrid: ¡que no pasen!

Saludaron su vuelta los fantasmas del barrio:
los roncos organitos
y el pálido tranvía que viajó hacia la nada
del más ilustre río de la patria;
las calesitas de esquinas y baldíos,
sortija y piberío;
los carnavales, los cafés,
y las calles sin nombre que ahuyentan a la muerte;
las rejas y los empedrados;
las milongas con calor de patio
-esos patios de rosas y glicinas,
madreselvas y tangos-.

Saludaron su vuelta los rincones bohemios
de Florida y Boedo.
Y los tramoyistas y las desnudistas
de alegres salones cercanos al puerto
que ofrecen ranuras que por veinte guitas
liberan al alma de toda atadura.

Renació a los 100 años con esa ternura
de niño dormido
con la que había vivido.
Renació a los 100 años siendo el mismo
que regresaba siempre
desafiando al Futuro.
Siendo el mismo que regresará siempre
desafiando al Pasado
y a cualquier presente.
Renació a los 100 años siendo él mismo.
A mostrar que un poema puede cambiar el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario